sábado, 7 de febrero de 2009

Aprendiendo el lenguaje de la mente

Por: Danjeil

La creación mental y la creación física

“Los grandes logros comenzaron como un sueño en la mente de una persona. Al igual que todo ser se encuentra en la semilla que lo engendra, el roble duerme en la bellota, el ave espera en el huevo; los sueños son las semillas de dicha realidad que espera impaciente. ¡Querer es poder! ¡Soñar es lograr!” -James Allen

Al observar a las personas que lograron grandes metas es posible ver que todas tienen algo en común: utilizan el poder de la visualización para crear una imagen clara de su meta como si ya fuese realidad.

Walt Disney fue capaz de realizar todos los proyectos que concibió debido a su capacidad para visualizarlos ya terminados cuando apenas eran una idea en su mente. La idea de Disneylandia se le ocurrió mientras paseaba con sus hijas por el parque. Él cuenta como en aquella ocasión imaginó un gigantesco parque de diversiones donde los niños y sus padres pudiesen disfrutar juntos, y donde estuvieran todos los personajes de sus dibujos animados. El día en que decidió poner en marcha su proyecto, nada ni nadie pudo detenerlo.

Se cuenta que cuando se encontraba buscando un banquero o un inversionista que financiara la construcción de su parque de diversiones, solía llevarlo al sitio que él había escogido para construirlo en las afueras de la ciudad de Los Ángeles, California, y desde una colina cercana los invitaba a compartir dicha visión. Les decía: “La entrada al parque quedará de aquel lado y allí comenzará la calle central que termina en aquel hermoso castillo, ¿lo puede ver?” Y así describía cada una de las atracciones y juegos con tal claridad como si las estuviese viendo, mientras los potenciales inversionistas, trataban de imaginar lo que Disney veía allí, en medio de aquel terreno baldío.

Durante la ceremonia de inauguración de Epcot Center en la ciudad de Orlando, Florida, cinco años después de su muerte, un reportero se acercó a Roy Disney, hermano de Walt, quien por aquel entonces se encontraba al frente de la corporación, y le dijo: “Debe ser un momento difícil para usted; un día de gran alegría pero también de inmensa tristeza al ver que Walt nunca pudo ver culminado este parque, que era uno de sus grandes sueños”. Roy se volvió al reportero y le dijo: “joven, está usted totalmente equivocado. Walt vio culminado este sitio. Fue precisamente gracias a que él lo vio culminado mucho antes de que se comenzara a construir, que hoy usted y yo lo estamos viendo”.

Esta historia ilustra cómo las personas de éxito son conscientes de la importancia de crear una imagen clara de lo que desean alcanzar y de permitir que toda acción que emprendan esté guiada por esta visión. Cuando creas una imagen, una fotografía mental de lo que deseas alcanzar, tu mente se encargará de mostrarte el camino mediante el cual lograrás materializar tu objetivo.

La Universidad de Yale, una de las mejores universidades de Estados Unidos, dio prueba irrefutable de la validez de este secreto, con un estudio que realizó en el año de 1953. Ellos descubrieron que, de todos los estudiantes que se graduaban aquel año, únicamente un 3% tenía metas fijas, objetivos claramente definidos y escritos en un papel, y los leían y examinaban con regularidad. Únicamente este pequeño número de estudiantes había tomado el tiempo necesario para darle dirección a su vida y escribir aquello que era realmente importante para ellos.

Veinte años más tarde, la universidad hizo un seguimiento a este mismo grupo de profesionales y descubrió que el 3% que había escrito sus metas y definido claramente un plan de acción, había alcanzado cien veces más que el otro 97%.

Estos resultados hablan por si solos: necesitamos tener metas fijas y objetivos claros antes de empezar. La gente exitosa piensa en sus objetivos la mayoría del tiempo. Como resultado de ello, están moviéndose continuamente hacia sus objetivos, y éstos se mueven hacia ellos. Cualquier cosa en que pienses la mayoría del tiempo, crece y se expande en tu vida. Piensa en tus objetivos y habla de ellos, y lograrás mucho más que la persona promedio que está pensando y hablando constantemente sobre sus preocupaciones cotidianas, sus problemas y sus carencias.

Escribe en la parte superior de un papel la palabra “Objetivos”, con la fecha de hoy. Después, haz una lista de diez objetivos que te gustaría alcanzar en los próximos doce meses. Pero no los escribas como algo que “quisieras lograr”, o como algo que “esperar poder lograr algún día”; no incluyas en tu descripción de ellos ninguna palabra que exprese duda o incertidumbre. Escríbelos como si ya los hubieses logrado. Comienza cada objetivo con la palabra “Yo”, para que sea personal.

Con sólo llevar a cabo este ejercicio, entrarás a formar parte de ese 3% de los adultos de nuestra sociedad que se ha tomado el tiempo para desarrollar una visión clara de lo que esperan lograr. Esta sola acción te separará del 97% de los adultos restantes quienes, tristemente, nunca han escrito una lista de objetivos en su vida.

La idea sobre la cual se fundamenta este principio es que todas las cosas en realidad son creadas dos veces. La creación física está precedida por una creación mental.

Si vas a construir una casa, antes de empezar a excavar, de levantar las paredes o, inclusive, de elaborar y trazar los planos, mentalmente ya has creado una imagen de la casa terminada. Tal vez los detalles no están totalmente definidos, pero por lo menos tienes una visión lo suficientemente clara de lo que quieres como para comenzar a trazar los planos. Ésta es la primera creación, la mental.

Sólo entonces comienzas a excavar para poner los cimientos y levantar las paredes. Esto es lo que constituye la segunda creación: la física. Las personas de éxito saben que si ignoran la creación mental, es muy posible que durante la creación física deban efectuar costosos cambios. La creación, el ensayo mental les permite enfocar mucho mejor sus ideas, practicar su plan de acción, evaluar cada paso del proceso y mejorar o cambiar lo que sea necesario.

Es lo mismo que te estoy pidiendo que hagas. Si presentas a tu mente subconsciente esta imagen o película de tu vida, ya habiendo alcanzado las metas que te has propuesto, ella empezará a trabajar para hacer que tu mundo, que tu realidad exterior sea consistente con esa imagen interna que le has estado presentando. Éste es, sin lugar a dudas, uno de los poderes más grandes de la mente subconsciente, la capacidad de ayudarte a hacer tu mundo exterior consistente con esa imagen interna. El pensamiento de una casa de ciertas características en la mente de un arquitecto, puede no causar la aparición instantánea de la casa, pero provocará el movimiento de su energía creativa para que produzca su rápida creación.

Gran parte de la humanidad limita sus esfuerzos completamente al trabajo que pueda realizar con sus manos. Tratan de cambiar o modificar con su esfuerzo físico el mundo que los rodea, sin detenerse a examinar la posibilidad de crear la realidad que desean experimentar a partir de los pensamientos que albergan en su mente.

Yo quiero decirte que tú puedes crear la realidad que desees experimentar. Puedes triunfar en cualquier área que te propongas, mientras que estés dispuesto a cambiar tu manera de pensar y desarrollar los hábitos y las habilidades requeridas. No importa que en el pasado no hayas tenido mayores éxitos.

Todo comienza con tu creación mental. Si debes hablar en público, por ejemplo, en lugar de decir: “espero no quedar mal”, “espero que no me equivoque”, ojalá que no me vayan a temblar las piernas” o “por qué me habrán escogido a mí que odio hablar en público”. Di algo así como: “Sé que todo saldrá bien”, “amo hablar en público”, “soy capaz y estoy segura de lo que voy a decir”, “estoy disfrutando de poder hablar en público hoy” o ” qué bueno tener esta oportunidad de hablar en público”.

Cambia tu diálogo interno, crea una nueva clase de imágenes en tu mente subconsciente de cómo esperas y quieres que ocurran las cosas. Una vez has creado esta imagen, practícala una y otra vez. De esta manera, cuando finalmente estés en el escenario, no será la primera vez que te dirijas a tu audiencia, ya serán viejos amigos puesto que los has visto en cada uno de tus ensayos mentales. Ya tendrás más confianza en ti mismo y en tus habilidades. ¿Ves lo sencillo que es?

Si estás pensando que de nada servirá todo esto, ya que la realidad es que simplemente no eres bueno para hablar en público, nunca lo fuiste y probablemente nunca lo serás, quiero que entiendas que es posible que ésta haya sido tu realidad hasta ahora, pero la puedes cambiar.

Recuerda que tu futuro no tiene que ser igual a tu pasado. Tú puedes cambiar. Si modificas tu diálogo interno, comienzas a crear nuevas imágenes, lo dices con fe en que puede suceder, y dibujas imágenes de éxito que te muestren hablando en público con seguridad y entusiasmo, tu cerebro no podrá distinguir entre la realidad y la imagen que le estás presentando y entonces, será sólo cuestión de tiempo antes de que tu cerebro y tu mente comiencen a actuar y a comportarse de acuerdo con estas nuevas imágenes. ¡Trátalo! No tienes nada que perder y sí mucho que ganar.

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